sábado, 6 de diciembre de 2008

Regata en falucho

El pasado viernes 5 de diciembre llevamos a cabo una regata hasta el faro del puerto en falucho. No vamos a decir quien ganó o quien perdió, puesto que es lo de menos, pero lo que si debemos decir es lo que aprendimos esa tarde.

Tras calentar 20 minutos en el remoergometro como es de costumbre, la clase se dividió en dos faluchos. Tras el reparto de los equipos, se nos dijo que debiamos ir hasta el faro y volver, como en una regata, la cual comenzaba en el mismo instante en el que el profesor Chinchilla dejase de hablar. Tras decirno esto, rápidamente cogimos los estrobos, colocamos los remos y nos dirigimos rápidamente hacia el faro, a una distancia aproximada de más de 2 kilómetros.

Al poco tiempo nos dimos cuenta de como el viento afecta al falucho ya que cuando por motivos de organización debido a la falta de experiencia en las maniobras dejabamos de remar, rápidamente nos acercábamos de manera preocupante tanto al muelle como a las diferentes embarcaciones atracadas en el puerto.


En el falucho se hablaron muchas cosas pero una en la que todos estabamos deacuerdo era que debiamos trabajar en equipo y estar coordinados. Esta idea rápidamente dió sus frutos. A la arranca dabamos tres paladas cortas, solo de brazos y a la tercera escuchábamos el "¡¡¡VAMOS LARGO BONITO!!!" por parte del marca que indicaba que cada palada llevaria todo nuestro esfuerzo para hacer que la embarcación se desplazase rápidamente por el agua.

Muchas fueron las sensaciones que vivimos, conocimos de primera mano el sufrimiento, el esfuerzo de remar fuerte para que otros no realicen más trabajo del que deben, el ver el fruto de un equipo coordinado y sobretodo el poder disfrutar de una experiéncia que nunca olvidaremos.



Fué ese viernes donde conocimos realmente cuales son los valores del remo, lo que sienten esos remeros que salen por la tele, conocimos de primera mano la esencia de los valores que rigen nuestra asignatura, pero aquello que más destacamos es la unión de 6 personas tan diferentes que supieron entenderse y dirigirse a un objetivo común, en las que las remadas estaban acompañadas de un tremendo esfuerzo y gritos de ánimo que ayudaban a dar paladas largas y de gran intensidad.


Nuestros profesores nos han hablado muchas veces de los valores, de la impotancia que tiene la eduación en valores, pero ese viernes nos dimos cuenta de algo muy importante, y es que mientras remabamos eramos totalmente libres. Fuimos 6 personas que disfrutamos de nuestra libertad, en el falucho nos olvidamos de nuestras preocupaciones, de nuestros problemas, de nuestras inquietudes y angustias, todo eso dejó de existir, mientras remabamos, aquello que nos resta liberta fué lanzado al fondo del mar.



Este artículo se lo dedicamos con todo nuestro afecto y admiración a Julia, nuestra timonel que vuelve a Austria, la cual nos ha alegrado muchas tardes y sobretodo nos ha enseñado que lo importante no es que te enseñen, sino querer aprender. Un abrazo Julia.


Pablo Sala Rodríguez

José Manuel Jiménez Olmedo

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